Masters Hall of Fame 2012
Los premios internacionales Master’s Hall of Fame USA, son como los Oscars de las artes marciales, y premian la excelencia en las artes marciales en todo el mundo. En 2012 conseguimos un gran reconocimiento mundial al estar nominados y al formar parte de los seleccionados, en las categorías “Gold y Platinum Life Achievement”. Todo un éxito para mí, para mi padre y para el Yawara-Jitsu. La diferencia de este reconocimiento con el de otros Hall of Fame domésticos aparecidos en los últimos años, es que Master’s Hall of Fame USA, tiene delegados en los cinco continentes y nominan a los maestros que consideran con méritos para estar en el Hall of Fame. Estos maestros tienen que mandar una biografía que es revisada por un comité de expertos que certifican si se es o no merecedor de la distinción. De hecho, muy pocos maestros europeos han obtenido esta distinción.
Crónica de los premios Masters Hall of Fame 2012
Después de un agotador viaje de 12 horas Madrid-Atlanta-Orange County, próximo a Los Ángeles, caí rendido en el Hotel. El jet lag te deja desorientado. Los horarios se diluyen en los cambios horarios y no sabes si es de día o es de noche. Al día siguiente me dirigí a San Diego, a hacer un poco de turismo. Visita obligada al Parque Balboa, recinto paradisíaco plagado de lujosos edificios coloniales hoy reconvertidos en museos de diverso contenido. Mucho que ver y poco tiempo, así que decidí ver el museo histórico de la ciudad de San Diego. Desde sus orígenes con sus etnias autóctonas hasta nuestros días. De la tribu primigenia de los Kumeyaai, a la fundación de la misión de San Diego por los monjes franciscanos. De su independencia de España bajo bandera mexicana, hasta la anexión de San Diego por los Estados Unidos. Tradición naval de alto calado. Sede principal de la flota naval de guerra estadounidense y flota pesquera de atuneros de importancia mundial.
En horario vespertino me dirigí a Old Town, barrio viejo donde se produjo el génesis de San Diego. Casas de adobe conservadas con escrupuloso tiento, conformando en dos largas calles un pueblo dentro de la ciudad. Tierra y polvo en el suelo. Nada de asfalto. Tiendas típicas donde encontrar cerámica, herrería, comidas de todo tipo, licores, tabaco y ropa. Todo a la antigua usanza. Pequeñas casas museo que muestran a los turistas la vida de la época. La primera escuela de la Alta California con sabor a la serie La Casa de la Pradera. Restauración al detalle y al por mayor. Pequeñas cantinas donde degustar una zarzaparrilla con pastel de zanahoria y chocolate y restaurantes típicos donde degustar el mejor tequila y las mejores fajitas –doy fe de ello-. Después de comprar algunos recuerdos y regalos, me dirigí en mi vehículo de alquiler de nuevo al hotel en Costa Mesa.
El segundo día me dirigí a NewPort Beach a darme un baño en las famosas playas californianas. Arena blanca y agua a buena temperatura. Fresca sin estar helada. Malecones de madera que penetran varias decenas de metros en el mar. Ambiente turístico sin demasiadas aglomeraciones. Tiendas de artículos playeros. Fast food por todos lados y como no, los famosos donuts. De todos tipo, colores y sabores. Por la tarde de vuelta a Costa Mesa al Hotel Hilton a una entrevista con un famoso maestro de Kenpo-Karate director de una fundación de apoyo a niños maltratados, para hablarle de nuestro proyecto de prevención del acoso escolar. De vuelta al Hotel a descansar y a trabajar un poco con el ordenador portátil.
Tercer día. Por la mañana, maratón de cursos impartidos por varios maestros. El Shihan Dana Abbot, enseñó el uso de una revista como arma de defensa. Acabamos con moratones en los pectorales de los golpes y las estocadas. Dan “la bestia Severn”, leyenda de la primera etapa de las MMA, impartió un curso de técnicas de sumisión sobre el suelo. 1’85 de altura y 105 kilos de peso. Comprendo lo de su apodo. Cara de boxeador y corpulencia XXXL. Tercera Master Class impartida por el Kyoshi Jeff Anderson. Coreógrafo de películas como Jason Bourne o Misión Imposible. Entrenador de los marines y los Navy Seals estadounidenses. Efectivas técnicas de desarme contra armas de fuego. Mark Shuy impartió un interesante seminario sobre el manejo del bastón. No el bastón corto o tambo, sino el bastón para andar. Técnicas básicas pero efectivas sobre defensas, ataques y controles utilizando toda la extensión del bastón, incluso la curvatura del agarre. Don Wilson, campeón del mundo de Kick Boxing y actor de numerosas películas, nos ofreció un curso básico de técnica de golpeo, y relató sus experiencias como actor de Hollywood. Por último, Bob White, reputado maestro de kenpo, que enseñó trabajo de golpeo fluido y aplicaciones con las manoplas. De vuelta al hotel a comer, vestirnos de gala y volver al Hilton, donde se celebraría la cena y la entrega de premios y distinciones.
Y llegó el gran día. Llegamos todos los premiados y sus acompañantes al gran salón del hotel Hilton. En los aledaños estaba colocada la alfombra roja con el photocall y los medios de comunicación. Sesión de fotos y entrevistas para distintos canales de televisión. Todo muy americano. Dominan el show-business, no hay duda. Llegamos al control de acceso del salón de ceremonias. Esperamos a la entrega de las acreditaciones y después, la odisea de encontrar la mesa asignada en un salón abarrotado. Asistentes vestidos con sus mejores galas. Los hombres de esmoquin y algunos con trajes militares de gala. Las mujeres con trajes de fiesta con discretas joyas. Algún detalle étnico en los premiados de origen polinesio. En mi mesa estaban los hijos del Sijo Adriano Emperado q.e.p.d., fundador del kajukenbo, premiado en la misma categoría que mi padre. Y mi padrino en la ceremonia, el gran maestro Greg Jones, máxima autoridad de San Soo Kung Fu, con varios de sus más altos grados. Y mis hermanos californianos, Dave Hopskin y George Kosty, maestros de San Soo Kung-Fu, con los que he impartido cursos por todo el mundo y conozco desde hace 15 años. Fue un auténtico placer verlos de nuevo, y más aún cuando George estaba premiado en la misma categoría que yo.
Después de las presentaciones de rigor, comenzó la cena, bastante frugal, por cierto -cuanto se echa de menos la comida española cuando se viaja al extranjero-. Comenzó la ceremonia con unas palabras del presidente de la asociación, y nos amenizaron el inicio de la cena con un espectáculo de tambores japoneses gigantes o taikos. Percusiones potentes y rítmicas, creando un ambiente marcial y solemne. Comenzaron las nominaciones en sus distintas categorías. El director de ceremonias iba llamando a los premiados en sus respectivas categorías, y los embajadores o padrinos iban haciendo entrega de las distinciones. El momento más emotivo de la noche fue cuando nombraron al Gran Maestro Fumio Demura, leyenda del karate mundial, premiado en la categoría del espíritu del Bushido. Estaba situado en una mesa de las más alejadas del escenario, y se levantó con dificultad ayudado con un bastón. A medida que se acercaba al escenario, los aplausos iban aumentando en intensidad y frecuencia, hasta terminar todos los asistentes de pie aplaudiendo emocionados por la dignidad y fortaleza que desprendía el Gran maestro Fumio Demura. Llegó al estrado a recoger su distinción y el embajador designado, el Gran Maestro Alfred Urquídez, con gran respeto le saludó marcialmente. Se saludaron con respeto mutuo, y se abrazaron, cabeza con cabeza, primero de frente y después lateralmente, con lágrimas en los ojos. Percibíamos en la lejanía de las mesas, las palabras de admiración y respeto que se pronunciaban mutuamente. Qué bonito y qué ejemplo marcial. Humildad y dignidad a partes iguales. En esto momentos me acordé de mi padre, fundador del Yawara-Jitsu, con el que he compartido tantos momentos de lucha y sacrificio, a veces no recompensados. Es difícil ser profeta en tu tierra. Me hubiese gustado verle en el escenario, recogiendo su merecida recompensa, pero sus achaques no se lo han permitido. Demasiadas horas de viaje y ajetreo para sus 85 años.
La ceremonia se iba alargando y ya estaban premiando a los integrantes de mi división: Gold Life Achievement Award. Me nombraron el último de mi categoría para recoger conjuntamente mi galardón y el de mi padre, que estaba premiado en la categoría siguiente: Platinum Life Achievement Award. A los pies del podio me esperaba mi padrino de ceremonias, el Gran Maestro de San Soo Kung Fu, Greg Jones. Después de un corto camino me dirijo al estrado y recojo mi premio. A continuación, nombran a mi padre y recojo su distinción en su nombre. Aplausos, fotos de rigor y salida a la alfombra roja a hacer las fotografías ya con el trofeo y el diploma. A continuación, de nuevo entrevistas para la televisión. En mi última entrevista en español, me preguntaron que a quien dedicaba mi trofeo. Dije que a mi padre, por su labor incansable en la fundación y desarrollo del Yawara-Jitsu, y me emocioné, pensando en su persona, y en las palabras que me dijo antes de marchar a los Estados Unidos: “hijo, después de este premio ya me puedo morir tranquilo”. Después subimos todos a la cafetería/pub del hotel a tomar una cerveza en un ambiente festivo y distendido. Me retiré pronto al hotel, necesitaba un poco de tranquilidad y estar conmigo mismo, valorando lo conseguido. Tuve una sensación de felicidad y de responsabilidad, por mantener el estandarte del Yawara-Jitsu y por percibir que se abría una nueva etapa en nuestra arte marcial. Después de un año difícil, en el que algunas personas han intentado ponernos piedras en el camino, el tiempo pone a cada uno en su sitio. Es como el agua que todo lo aclara, o como la luz, que todo lo ilumina.